3 may 2010

LA RECAMARA DE LAS ESTATUAS Y SUS SECRETOS

En los primeros días había en el reino de los andaluces una ciudad en la que residieron reyes malvados y que tenía por nombre lebti o Ceuta, o jaen. Había un inmenso y fuerte castillo en esa ciudad, cuyas puertas no eran para entrar ni para salir, sino para que estuvieran cerradas, guardando secretos que nadie podía saber. Cada vez que un rey fallecía y otro rey heredaba el trono, este añadía con sus manos una cerradura nueva a la puerta y ocultaba en ella más secretos que valdrían más que el oro. Ellos ocultaban una gran verdad para que el pueblo nunca se enterara de cual era la única razón de estar aquí; así que eran esclavizados hasta que fueron 24 las cerraduras, una por cada rey egoísta y malvado.
Yo quise cambiar las cosas y a la fuerza me adueñe del poder y quise abrir las 24 cerraduras para poder ver y saber lo que durante siglos nos habían ocultado, yo quería mostrárselo al mundo entero para conseguir el cambio de un mundo que se había transformado en un esclavo de si mismo, un mundo que había perdido las esperanzas, un mundo que solo obedecía, un mundo que no podía encontrar la paz, el amor, la felicidad, ni la libertad. Pero se me olvidaba que durante siglos este pueblo.
Obedecía fielmente a las reglas que impusieron los reyes anteriores y yo por no pertenecer a la casa real y por querer encontrar la verdad y descostrársela al mundo, rompía las reglas, por eso me consideraban malvado. El visir y los emires me suplicaron que no abriera las cerraduras, y me ofrecieron cuanta riquezas interminables pero no me importo e insistí y con mis propias manos decidí abrir una por una las cerraduras (esta fue la decisión que destruyo mi vida). Detrás de todas las puertas, solo se encontraban recuerdos y enseñanzas, hay solo te explicaban como poder llegar al éxito, todo se basaba en nuestra mente, todos los secretos siempre estuvieron con nosotros y nunca nos dimos cuenta porque nos preocupas por encontrarla a fuera, el amor, la felicidad, la libertad y el éxito la encontrábamos dentro de nosotros mismo, me había dado cuenta que durante todo este tiempo los únicos egoístas e envidiosos habíamos sido cada uno de nosotros, porque nos quedamos estancados en el tiempo y en la vida por solo el hecho de perder nuestro tiempo hablando mal de los reyes que habían conseguido el amor, la felicidad, la libertad y la gloria y nosotros no, porque no podíamos entender el porque estábamos hundidos en un hueco y nadie venia por nosotros y nos daba todo esto que los reyes habían logrado.
Aprendí que si no luchábamos no habría victoria en nuestras vidas, entendí porque los emires me suplicaron para que no abriera la puerta, ellos lo hicieron para que yo solo pudiera encontrar esa gran verdad que siempre estuvo con nosotros, yo al enterarme de todo esto corrí y Salí al balcón el castillo y le conté a toda voz al pueblo entero de esto, ellos no me creyeron y dijeron que era un traidor que se había montado en el poder para manipularlos, así que fui sentenciado a muerte, solo por decir la verdad que aun muchos se niegan a ver, hoy es el día de mi muerte, y me sentenciaron a pagar en la orca, por el delito de quitarle el reino a la fuerza aun real, por romper con las reglas, por manipulación, por guardarme la verdad que todos se negaban a ver y que se encontraban con ellos mismo y por romper la privacidad de las recamaras donde se encontraban estatuas, recuerdos y secretos que jamás habían sido conocidos.
Hoy estoy aquí ante la gran multitud. Todo el pueblo y gente de otras partes del mundo vino a ver la muerte de un falso, falso por decir la verdad, muero por la realidad, tengo miedo, todos me miran con asco, me insultan y me lanzan piedras, tomates y todo lo que encuentran a la mano, entre ellos están los que durante toda mi vida dijeron ser mis amigos pero no vinieron a despedirse, ni a verme por ultima vez, vinieron a insultarme y a maldecirme, también se unieron a lanzar lo que pueden, parece que me odian con todas las fuerzas de su alma, no me duelen las pedradas.
Son las personas que las lanzan, es como si mi pecho o mi corazón quisiera explotar de tristeza, es como si mi alma se ahogara en el mar del dolor y el sufrir de un tormento que no termina, quisiera que ya llegara el verdugo y acabe con este tormento de una vez, pero el no a llegado, pareciera ser que fuera apropósito para hacerme sufrir más viendo a mis amigos destruir todo recuerdo de momentos valiosos que pude vivir junto a ellos, pero no los odio, me dan lastima por lo que están haciendo, se que la conciencia los hará sentir peor de lo que yo me siento ahora, no le deseo mal a nadie, ojala algún día entiendan los que les quise decir.
Por fin llego el verdugo, me van a dejar decir mis últimas palabras:
“Espero que algún día entiendan lo que les quise decir, pero se que cuando lo entiendan será muy tarde para ustedes. Los perdono”.
Ahora me toca despedirme, llego la hora de morir, la soga jala mi cuello y tranca mi respiración y la circulación de mi sangre. Es terrible, la desesperación me mata, pero me calma el dolor de mi alma. Ojala y pudiera devolver el tiempo, al momento en el que abrí las recamaras de las estatuas y os secretos pero ya es tarde, mi vida ya acabo.


Elaborado por:
Escalona Kelvin
Rodríguez York

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