Sierto dia, a las siete de la mañana, la reina llamo a los guardias pidiendoles que llamaran a un doctor; los cuales obedecieron rapidamente.
El rey , por su parte, estaba muy alterado porque ya iba hacer papa. El doctor del palacio llego con tanta prisa a la habitacion de la reina.
Cinco minutos despues se escucho en todo el palacio el llanto de un bebe. El rey, estaba tan contento de ver a su bebe, era una niña.
El rey y la reina desidieron llamarla Adela.
Diez años despues Adela era una niña muy travieza pero muy lista; ese día le pidio permiso a su padre de que la dejara ir de paseo para conocer el bosque, su padre dijo que es muy peligroso, que nisiquiera la dejaria ir escoltada
Adela, se puso muy brava, pero nada la hizo cambiar de opinion; desidio salir del palacio sin que nadie se diera cuenta
Apenas salio se dijo a si misma; por que mi padre no me a dado permiso de salir, si todo aqui es tan bonito.
Camino por horas, estaba cansada, y se sento en un pasto a descansar.
Al rato, vio, una sombra pequeña que salia y see escondia. Adela se levantoy vio un hombresillo diminuto que tetia aspecto de duende.
Adela se asusto, porque el duende tenia una mirada malvada y una risa terradora, el duende dij: ¿quien es esa pequeña, que hace aqui?
Adela estaba muy asustada, y ella respondio: soy la prinsesa hija del rey y la reina, me llamo Adela y vengo aqui a conocer el bosque.
El duende dijo: ¿qué haceuna princesa en el bosque negro? ¡aquí solo se la pasan duendes como yo!
Adela se asusto mas de lo que estaba, el duende se empezo a reir; Adela no aguanto y se puso a llorar.
El duende grito: "Tengo tanta anbre que soy capaz de comerme una princesa".
Afdela, se asusto y salio corriendo por todo el bosque; cuando llegó al palacio toco desesperadamentela puerta, los guardias abrieron la puerta.
los padres de Adela les dijieron que estaban muy desesperados por ella, que nunca pero nunca mas saliera del castillo.
Adela se dio de cuenta que su padre no la dejo salir por su propia seguridad. Adela pendio la leccion, de que, hay que obedeser a sus padres porque ellos quieren el bien para sus hijos; y tanto el rey, la reyna y Adela vivieron felices por siempre.
¡FIN!
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